En lo que a mi concierne y con todo respeto, me parece que remangándose la bota del pantalón no se evita la explosión de una mina anti persona. Me parece más bien que si se quiere marcar tendencia existen miles de formas de hacerlo, y utilizando una problemática social no me parece nada ético, así que antes de remangarse, por favor piensen en verdad que es lo que están haciendo.
La música ha hecho parte importante de mi vida, crecí con ella en mis oídos y esto ha hecho que de alguna manera ame escucharla, más no instrumentarla. A sí que empezaré por hablar de música, de mi favorita, y de como ella influye en todas las situaciones de mi vida como mamá, estudiante, esposa, amiga y demás situaciones sociales en las que me pueda ver involucrada.
Casi siempre se convierte en un momento incomodo porque no con muchos comparto la misma armonía para escucharla, entonces es muy complejo llegar a un tonto acuerdo de este tipo, preguntarle a otro, que música puedo escuchar? se me hace absurdo, pero a la vez es una idea bizarra; hacerlo con unos audífonos gigantescos que te identifican como alguien reprimido a quien no le gusta hablar mucho, y se la pasa todo el tiempo observando entre ojos sin saber que piensa. Como en otros casos sucede que no falta a quien le encante cargar con una grabadora en los hombros tipo 90's que a su vez le importa un pito hacer escándalo o no. Este sencillamente sin preguntar si está bien o no sube el volumen sabiendo que no es el momento ni el lugar adecuado. Así que dejaré algunos links compartiendo algo de lo que me lleva a otra órbita, y bueno, espero leer sus comentarios, que tenga un feliz comienzo de semana. ia.
Algunos meses atrás
sufrí una excepcional pérdida, una de esas en dónde las partidas son complejas,
como todas, en dónde un sentimiento de culpa extrañamente presente se hace cada vez más fuerte a través de los
recuerdos más entrañables donde los especiales son los que no paran de doler.
David Arturo fue para mí una burbuja de la cual no podía escapar, es la misma
que ahora está en el espacio sideral y flota sin parar.
Mi compañero, amigo y
gran bromista, a ti debo los pocos chistes que sé y que ahora enseño torpemente a mi pequeña Aharu.
Al
abandonar este espacio te llevaste contigo una valiosa parte de mí, la forma en
cómo actuábamos en el colegio tratando de ser los intelectuales que solo comían
cuento el uno del otro, esos momentos que ya nunca podremos discutir gracias a
esta evidente distancia que nos impide reír de nuevo juntos, pero que por otro
lado nos da las fuerzas de tener vivos todas las situaciones que compartimos
porque en realidad fueron importantes para los dos, y lo sé no porque me lo
hayas dicho alguna vez, no. Lo sé porqué a través de los mensajes de Jethro, a través
de la mirada de tu padre, a través de las dulces palabras de tu santa mother, a
través de cada letra escrita y pronunciada por tu prima Alejandra; te sentí más cerca que
nunca viejo, y eso que no he nombrado los incontables sueños llenos de
protección total en la que me haces sentir más segura que nunca, no sé si en
realidad seas tú, o sea yo, pero lo que sí es cierto es que estás cerca y que
quizás cuidas de mi como siempre quisiste.
Hermanito mío: gracias por
permitirme conocer ese Mono distinto del gritón de la clase, siempre estarás
ahí, en ese lugar en dónde lo más bonito es saber que hay alguien en cualquier
lugar del espacio que te piensa como tú.
